LA MEDIACIÓN: alternativa en tiempos de pandemia

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La mediación es el proceso a través del cual un tercero, el mediador, ayuda a las partes que tienen un conflicto a conseguir una resolución amigable de mutuo acuerdo, a través de un procedimiento estructurado y dirigido por el mediador y que finaliza mediante la firma de un acuerdo de naturaleza contractual, vinculante entre las partes.

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La mediación es el proceso a través del cual un tercero, el mediador, ayuda a las partes que tienen un conflicto a conseguir una resolución amigable de mutuo acuerdo, a través de un procedimiento estructurado y dirigido por el mediador y que finaliza mediante la firma de un acuerdo de naturaleza contractual, vinculante entre las partes.

De los principios de la mediación considero el más importante la voluntariedad, en el entendido que, de no existir voluntad de las partes en someter su conflicto a la mediación, la mediación sería inviable, sin perjuicio de la obligatoriedad de su inicio cuando las partes han consentido someter su conflicto a mediación.

La aceptación de las partes a la mediación y al propio acuerdo de medicación deben ser voluntarios, so pena de posible impugnación por vicios o defectos del consentimiento, que conllevaría la propia anulación del acuerdo.

Me identifico con la mediación y el arbitraje, si bien de escoger uno, escogería la mediación porque entiendo que la mediación es más inmediata, ágil e incluso menos costosa que un arbitraje. Por ello recomendaría en las relaciones mercantiles un modelo mixto, ese decir, que contractualmente se recoja varios mecanismos de resolución de conflictos: en un primer nivel, la negociación de las partes, en el entendido que las partes de buena fe intentarán conseguir entre ellas un acuerdo; en segundo nivel, si dicho acuerno no hubiera sido alcanzado, podrán solicitar la intervención de un tercero para que medie entre ellas para alcanzar la resolución del conflicto por mediación; y en tercer nivel; si no hubiera sido posible la resolución del conflicto, las partes se someterían a un arbitraje.

En el comercio internacional creo más conveniente el modelo de mediación porque la intervención de un tercero neutral reduce dificultades de entendimiento por razones culturales o idiomáticas. Adicionalmente, la mediación es un proceso ágil y la agilidad es necesaria para evitar el impacto y coste económico que el transcurso del tiempo conlleva en las transacciones internacionales.

En este contexto que las empresas operan cada vez más de forma electrónica y más en la actualidad con la crisis Covid-19, las on-line Dispute Resolution (ODR), tendrán mayor protagonismo por su inmediatez en las actuaciones, evitando costes de desplazamiento. Sin embargo, uno de los elementos fundamentales para que una mediación sea exitosa es el contacto directo con las partes. El mediador debe conseguir una relación de confianza con las partes para que las partes confíen en su intervención y se sientan cómodas en que la labor del mediador será neutral y dirigida a conseguir el mejor acuerdo que resuelva sus conflictos. Los mediadores tenemos un reto en conseguir lo anterior en una mediación online porque la interrelación personal es más fría al no existir un contacto directo entre las partes y es posible que por ello, el proceso de mediación conlleve más tiempo.

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